Las zanahorias pertenecen al árbol filogenético de otras plantas
como el apio, la lechuga o el girasol. Sin embargo, los genomas de estos
cultivos, importantes en las dietas humanas en todo el mundo, aún no
habían sido publicados, hasta hoy.
Un nuevo estudio liderado por la Universidad de Wisconsin–Madison (EE
UU), en el que participa la empresa española Sequentia Biotech,
describe en la revista Nature Genetics la secuenciación del genoma de la
zanahoria.
“Los usuarios inmediatos de toda la secuencia del genoma serán los
productores de plantas, que lo utilizarán para la selección asistida por
marcadores para que resistan a las enfermedades de las semillas y para
saber más sobre las características del cultivo. También va a ser útil
para varios laboratorios que llevan a cabo investigación fundamental
sobre los pigmentos de la zanahoria, su respuesta al estrés biótico y
abiótico, su crecimiento, reproducción y evolución”, asegura a Sinc
Philipp Simon, investigador de la Universidad de Wisconsin–Madison y
coautor del estudio.
Los investigadores compararon la secuencia de la zanahoria con otros
genomas de plantas y determinaron cuándo se produjo la divergencia en la
evolución de estas hortalizas. Así saben que la zanahoria se separó de
la uva hace 113 millones de años, del kiwi hace 101 millones de años, y
de la patata y el tomate hace 90,5 millones de años. “Con la publicación
de la secuencia del genoma de la zanahoria –añade Simon– la evolución
de este grupo de plantas se entiende mejor”.
Según el científico, “el genoma contribuirá a nuestra comprensión de
las vías de biosíntesis de otros rasgos de la zanahoria, incluidos los
genes que influyen en la acumulación de carotenoides, antocianinas,
hidratos de carbono y terpenoides. Asimismo, ampliará el conocimiento
sobre plagas y enfermedades, resistencia, respuestas al estrés abiótico,
reproducción y crecimiento; y ayudará a producir cultivos más
eficientes”.
Los científicos saben que las frutas y verduras no son solo una
fuente de calorías y fibra, sino que también proveen numerosas vitaminas
y otros compuestos que tienen un efecto beneficioso sobre la salud.
“Los avances en las tecnologías de secuenciación dan a los científicos
de plantas nueva información para desarrollar variedades de cultivos con
mayor valor nutricional”, añade el investigador.
El número de genes en el genoma de zanahoria (32.113) es típico para
las plantas, que rondan los 30.000 de media. “Es interesante que los
genomas de plantas, en promedio, contienen más genes que el genoma
humano. Esto se debe probablemente a que muchos genomas de las plantas
se han duplicado durante el curso de su evolución”, argumenta Simon.
Hasta la fecha, se han secuenciado más de 100 genomas de plantas,
incluyendo los de aproximadamente 11 cultivos de hortalizas como la
patata, el tomate, el pepino o el pimiento.
Los autores del estudio se encontraron con un gen responsable de la
alta acumulación de beta-caroteno, un precursor de la vitamina A, en la
raíz de la zanahoria. “El gen que se describe da cuenta de la capacidad
de las raíces de zanahoria para acumular pigmentos carotenoides y es uno
de los dos genes responsables de la conversión de zanahorias de color
blanco (tipo salvaje ancestral) a naranja”.
Sin él, las raíces de zanahoria podrían ser blancos (sin pigmento
carotenoide), o naranja pálido (con bajas cantidades de beta-caroteno).
Basándose en registros históricos han sido capaces de descubrir cómo las
zanahorias de color naranja oscuro (con altas cantidades de
beta-caroteno) entraron por primera vez al mercado de verduras hacia el
año 1500. “Se necesita tanto la mutación del gen Y, como la mutación del
gen Y2 para que las zanahorias tengan altas cantidades de
beta–caroteno”, concluye Simon.
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