En la formación de la piel humana interviene toda una cascada de 
señales bioquímicas aún no bien conocida, pero muy importante puesto que
 sus fallos causan enfermedades que afectan a más de la cuarta parte de 
la humanidad —desde la dermatitis atópica a los cánceres de piel—.
 Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas 
(CNIO), en España, contribuyen ahora a desvelar el proceso descubriendo 
uno de los eslabones clave, un nuevo mecanismo que regula la 
diferenciación de las células que integran la mayor parte de la 
epidermis, los queratinocitos. Además, han descrito que este mecanismo 
podría estar implicado en el cáncer de piel.
 En concreto, los autores han identificado la proteína Fra-2 —cuya 
función precisa en la piel hasta ahora se desconocía— como elemento 
clave en la diferenciación de los queratinocitos: si Fra-2 no está 
activada no hay diferenciación y por tanto la piel no termina de 
formarse.
 El trabajo se ha publicado en portada de la revista Genes & 
Development, con Stefanie Wurm como primera autora y dirigido por Erwin 
Wagner, jefe del programa Fundación BBVA-CNIO de Biología Celular del 
Cáncer.
 Los queratinocitos humanos viven alrededor de un mes, y en ese 
periodo pasan por toda una serie de cambios relacionados con las 
distintas funciones que cumplen durante su viaje desde la capa más 
profunda de la epidermis, donde nacen, hasta la superficie con la que 
nuestro cuerpo toca el exterior.
 En términos técnicos, esta evolución de los queratinocitos se llama 
diferenciación. Como escriben los autores, “en la epidermis, la 
inducción de la diferenciación de los queratinocitos es esencial para la
 adquisición de la función de barrera de la piel, así como para la 
homeostasis [la estabilidad] del tejido”.
En los últimos años se ha ido desentrañando el bosque de señales 
bioquímicas implicadas en las transformaciones de los queratinocitos y 
por ende en la formación de la epidermis. Hoy se sabe que el proceso 
está dirigido por una plétora de genes localizados en el llamado 
Epidermal Differentiation Complex (EDC). A su vez, la expresión de estos
 genes está regulada por la interacción coordinada de las señales 
bioquímicas que envían pequeñas proteínas, como los factores de 
transcripción
 El trabajo que ahora se publica muestra que Fra-2, uno de esos 
factores de transcripción, cumple un papel regulador clave. “Con la 
ayuda de modelos específicos de ratón demostramos que con la expresión 
de Fra-2 en los queratinocitos inducimos también la expresión de los 
genes en el EDC”, escriben los autores.
 Por el contrario, basta la pérdida de Fra-2 en los queratinocitos de 
la capa suprabasal para provocar defectos que impiden el correcto 
funcionamiento de la piel como barrera, debido a que se ha reducido la 
expresión de los genes EDC. Se halla incluso una posible relación con el
 cáncer. En ratones propensos a desarrollar tumores de piel benignos 
—papilomas—, el riesgo de que esto ocurriera se redujo al activar Fra-2.
 Los autores lo atribuyen a que Fra-2 induce la diferenciación precoz de
 los queratinocitos cancerígenos.
 Otra de las novedades tiene que ver con la forma en que tiene lugar 
la regulación de Fra-2. El trabajo revela que la activación o no de este
 factor de transcripción depende de las modificaciones químicas que 
sufre por su interacción con las enzimas Ezh2 y ERK1/2, que acaban 
funcionando como un auténtico interruptor de Fra-2. Este método de 
activación no se conocía, y los investigadores quieren ahora estudiar si
 interviene también en otros procesos.
 “Describimos una nueva interacción de Fra-2 con Ezh2”, explica 
Stefanie Wurm. “Usando técnicas de espectroscopía de masas identificamos
 una nueva modificación postranslacional de Fra-2: cuando es metilada 
por Ezh2 [la metilación es una modificación química por la que la 
molécula gana un grupo metilo], Fra-2 permanece inactiva en las células 
basales, y cuando es fosforilada por ERK1/2 [adición de un grupo 
fosfato], se vuelve activa de nuevo”.
 Este hallazgo abre nuevas vías para explorar “si este interruptor es 
un mecanismo general para activar factores de transcripción”, prosigue 
Wurm. “También queremos estudiar si la inhibición de Ezh2 puede ser una 
estrategia terapéutica valiosa contra las enfermedades de la piel 
relacionadas con fallos en la diferenciación de los queratinocitos”.  

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